Como se discutió en un artículo anterior, Bulgaria ha estado planeando comprar aviones de combate F-16 desde 2017 para reemplazar su obsoleto avión MiG-29 de fabricación soviética.
Sin embargo, los acuerdos con el fabricante Lockhedd Martin no han sido los esperados y empezaron a surgir dudas debido a una serie de cuestiones importantes como los precios, las garantías, los plazos de entrega, las sanciones, las compensaciones, etc., ya que siguen siendo poco claros.
Es por ello que el presidente búlgaro, Rumen Radev, vetó el pasado martes un acuerdo para comprar ocho nuevos aviones de combate Lockheed Martin F-16. Radev dijo que era importante que Bulgaria recibiera "un paquete completo de equipamiento, equipo de acompañamiento y entrenamiento de personal".
Ha argumentado que otros países, como Eslovaquia y Bahrein, han pagado menos por el caza de EE.UU. en acuerdos recientes. Se inclinó por una opción más barata, como los aviones de combate Gripen de Suecia.
Y ahora se está considerando la compra de F-16 de segunda mano de Portugal, Eurofighter Typhoons de Italia y Saab JAS Gripens de Suecia.
El presidente de las fuerzas armadas búlgaras, Konstantin Popov, es consciente de que necesitan modernizar sus fuerzas armadas para cumplir las normas de la OTAN y el avión F-16 parece la mejor opción, por lo que el veto aún no está definido. El Parlamento tendrá que celebrar ahora otro debate y votar de nuevo sobre el acuerdo, pero se espera que los legisladores lo aprueben y esta vez Radev tendrá que firmarlo para que entre en vigor. El Parlamento podría anular el veto de Radev con un voto de al menos 121 votos en la asamblea de 240 escaños.
Posiblemente el veto pueda ser anulado, pero en caso de que esto no se lleve a cabo, el presidente búlgaro tendrá que encontrar otras opciones viables para satisfacer las expectativas que tiene el F-16 y que la OTAN espera.
Escrito por César Garcia
César García es Ingeniero de Automatización y Control y Experto en Gestión de la Cadena de Suministro.